martes, 21 de abril de 2009

¿EL FINAL DE LA LAGUNA PATARCOCHA?

Hay lagunita de Patarcocha
mudo testigo de mis amores
jamás veré tus aguas mansas
porque tus días... están contados.



Ídolos del Pueblo



Como describe las letras de este huayno cerreño, durante las últimas semanas fuimos testigos de los últimos días de Patarcocha, cuando producto de un convenio entre la Municipalidad Provincial de Pasco y Volcan se inició el rellenado de la laguna, único recurso hídrico en el interior de la ciudad, que trajo a la mente el episodio suscitado hace 30 años cuando Centromin Perú con la venia del municipio provincial rellenó una de las dos lagunas.

Finalmente primó el sentido común y por ahora, sólo por ahora, se paralizaron los trabajos de rellenado, sin embargo aún está latente el peligro de perder esta laguna a la cual hasta ahora no le hemos dado la importancia debida.


LOS ORÍGENES

Según la leyenda de la laguna de Patarcocha, existió un cacique llamado Patar, pastor y cazador, jefe de los Yauricochas. Presintiendo que le llegaba la muerte, convocó a todo el pueblo donde vivía para darles una dolorosa noticia: pronto vendrían unos seres extraños y barbados que, cegados por la codicia, abusarían de la gente y se apoderarían de las riquezas del pueblo. Tal era el dolor del anciano al contar estas premoniciones que cuando lo dejaron sólo se puso a llorar inconsolablemente, de día y de noche, tan copiosas fueron sus lágrimas que llegaron a formar 2 lagunas enormes.


Lo cierto es que la laguna de Patarcocha se encuentra ubicado al Sureste de la ciudad, en el distrito de Chaupimarca, y a 560 metros de distancia del borde del enorme tajo abierto Raúl Rojas. Antiguamente era una enorme laguna la cual se fue secando debido a las condiciones climáticas de esa época, lo que generó el surgir de 3 lagunas: las 2 lagunas u “ojos” de Patarcocha y la laguna de Chaquicocha, la que finalmente terminó secándose debido a las filtraciones que se encontraban en su lecho.


Hasta los primeros años del siglo XX las lagunas sólo estaban rodeadas de algunas casonas de pobladores que se asentaron en este lugar para aprovechar sus aguas mansas y limpias para su consumo en una laguna y para lavar la ropa en la otra.


Debido a la explosión demográfica que se daban en las ciudades del Perú (provocada por el arribo de familias de pueblos, caseríos y anexos hacia las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades económicas y que Cerro de Pasco no estuvo ajeno a ello), se incrementó el número de viviendas asentadas a orillas de las lagunas, las cuales no contaban con los servicios de alcantarillado, viendo en las lagunas un inmenso receptor de las aguas servidas, provocándose de esta manera el inicio de la decadencia de estas bellas lagunas.



EL PRINCIPIO DEL FIN

En la década de 1970, la población cerreña se expande grandemente, en esta época se empiezan a poblar las zonas aledañas a Yanacancha por las familias cuyas casas estaban siendo devoradas por el tajo abierto. Así empieza a surgir la Nueva Ciudad de San Juan Pampa.


Pero no sólo la población crecía en este nuevo sector de la ciudad, también se propagaban las viviendas en Chaupimarca, creciendo como siempre de manera desordenada, común en nuestra ciudad. Las lagunas ahora se encontraban en medio de una cada vez más tugurizada ciudad, y su esplendor de antaño empezó a quedar en el recuerdo. Las lagunas empezaron a ser contaminadas, sirviendo de receptor de las aguas residuales de las viviendas que circundaban sus orillas.


Entonces, en 1979, se inicia el drenado de las aguas y posterior rellenado de una de las lagunas (la de mayor extensión) con el pretexto de generar una urbanización moderna, planificada, con áreas verdes. En esos años no se daba la importancia debida a los recursos hídricos, al cuidado y preservación del medio ambiente, debido a ello no hubo un rechazo significativo hacia esta propuesta que finalmente se hizo realidad. Sin embargo su finalidad inicial: la urbanización ordenada, moderna y con áreas verdes, está lejos de lo que hoy somos testigos.


La Empresa Minera Centromin Perú S.A. (comprada en 1999 por Compañía Minera Paragsha, hoy Volcan Compañía Minera S.A.) fue el artífice de este hecho y en sólo pocos meses puso fin a una de las lagunas. Pero este interés de Centromin de rellenar la laguna tenía un trasfondo: las aguas de la laguna de Patarcocha se filtraban hacia ciertos sectores de los socavones mineros.


Así fue que nuestra ciudad quedó sólo con una laguna, a la cual tampoco se le tenía (y que actualmente tampoco se le tiene) consideración y siguió sirviendo de captador de desagües; su futuro estaba echado, su fin estaba cerca y sería el mismo que el de su hermano mayor, sin embargo, sorprendentemente, su vida se prolongó pero aún se le sigue vertiendo las aguas servidas del PP.JJ. Túpac Amaru, del AA.HH. Víctor Arias Vicuña, del AA.HH. Tahuantinsuyo, de los jirones Bolognesi, Alfonso Ugarte, Moquegua, Yauli y otros.


La actual laguna de Patarcocha ha sobrevivido exactamente 30 años desde aquel lamentable suceso del rellenado de la otra laguna, 30 años en los que no se hizo nada por recuperarla, 30 años en donde sus aguas siguieron siendo alimentadas por los desagües, 30 años de indiferencia de sus autoridades y población, 30 años en el olvido.


Hoy se vuelve a recordar aquella época debido a que ahora se pretende cometer el mismo error, la vida de la laguna de Patarcocha está por llegar a su fin.



DEPENDE DE NOSOTROS

Desde el asentamiento de la población alrededor de la laguna Patarcocha, no se hizo nada por conservarlo como un recurso turístico y de beneficio para la ciudad. En cambio, los moradores construyeron sus viviendas dando la espalda a la laguna, utilizándola a ésta como un enorme receptor de los desagües del sector.


Actualmente el proyecto del Anillo Colector y el sistema de drenaje de Patarcocha no son ejecutados y corre el riesgo de no realizarse debido al Convenio entre la Municipalidad Provincial de Pasco y Volcan Compañía Minera, en la cual se pretende drenar la laguna y rellenarla.


Diversas personalidades e instituciones públicas dieron el grito al cielo ante esta intención y pregonaron la importancia que se le debe dar a los recursos hídricos (aunque al final todo ello tiene un trasfondo político) frenando, por el momento, esta pretensión.


Aunque a pasos lentos, la población ésta empezando a darle importancia a nuestros recursos hídricos, al cuidado del medio ambiente y a la educación ambiental. Todo depende de la voluntad que pongamos los jóvenes y la educación que se les dé a los niños ya que ellos serán los beneficiarios de lo que hagamos hoy en día.


La vida en Patarcocha aún persiste, ya que a pesar de la contaminación presente en sus aguas (denominado eutrofización) la vida animal está presente en sus orillas y en su superficie, sólo basta darse una vuelta a la laguna por las tardes y veremos a los ibis negros (yanavicos) y gaviotas alimentándose de la materia orgánica que encuentran a orillas de la laguna.


Existen tecnologías de remediación (unas más económicas que otras) que han dado resultados en otras ciudades del mundo, es cuestión de que las autoridades y profesionales elaboren proyectos serios y con visión de futuro; el ecoturismo será una actividad que generará muchos beneficios económicos en el futuro, aprovechemos este recurso natural para atraer a los turistas que visitan nuestra ciudad.


Hagamos conciencia, estamos a tiempo de salvar nuestra laguna, hagámoslo ahora. Hoy lamentamos el error cometido hace 30 años, no permitamos que la futura generación pasqueña, en 30 años, vuelva a lamentar otro error; no permitamos que el cacique Patar en la inmensidad del cielo cerreño vuelva a afligirse y llorar desconsoladamente por causa nuestra. Todo depende de nosotros.

Fotografías

Foto 1: Las lagunas Patarcocha (Tomado del Blog Sin Cerro de Pasco)

Foto 2: Pobladoras cerreñas en la laguna Patarcocha (Tomado del Blog Sin Cerro de Pasco)

Foto 3: Vista Satelital de la laguna Patarcocha (Cortesía Google Earth)

Foto 4: Laguna Patarcocha (Fotografía de Eliot Ríos)

Foto 5: Ibis negro o yanavico en la laguna Patarcocha (Fotografía de Eliot Ríos)