domingo, 18 de marzo de 2012

WILMAR COSME - EL ARTISTA DE PASCO

Economista de profesión, pero artista por vocación, Wilmar Cosme es uno de los pocos cerreños que cultivan el arte en la ciudad minera de Cerro de Pasco, cuyos problemas socio-ambientales son fuente de inspiración para crear obras maravillosas que dan a conocer la realidad de un pueblo minero sumido en la pobreza.

Cuando uno llega a Cerro de Pasco, lo primero que se pregunta es ¿qué es ese inmenso hoyo al medio de la ciudad? Los pobladores responderán que se trata del tajo abierto, inmenso boquerón minero de donde se extrae los preciados minerales que son el motor de la economía en esta región central del Perú.

Es en esta ciudad que el último día del año 1970, nace Wilmar Cosme, el tercer hijo de Juan Cosme e Irene Calzada. De pequeño ya cultivaba ese arte que llevaba dentro, motivado por su profesor Jorge Morales Galarza, ganando varios concursos de dibujo y pintura. Estudió la primaria y secundaria en la Institución Educativa César Vallejo, y sus estudios superiores los realizó en la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, graduándose de Economista.

Nunca dejó de lado su talento por la pintura, plasmando con el pincel obras con motivos culturales, destacando principalmente la problemática social y ambiental de su tierra natal.

Una de sus obras más reconocidas y mejor logradas es “El Muqui”, que según la historia es un pequeño minero de 50 cm de estatura que ronda las galerías, de rostro resplandeciente y mirada penetrante, solitario guardián de las minas y que aquel que lo mira a los ojos queda encantando rondando de por vida los socavones mineros. Su óleo fue publicado en la tapa del cuento que lleva el mismo nombre, presentado por el Centro de Cultura Popular Labor, donde el artista labora hasta la actualidad.

Otra de sus obras se denomina “Cajamarquinas Puchkadoras”, un homenaje a la mujer andina, cuya obra fue publicada en la tapa del diario Histórico de Pasco. “Cajamarca, lugar de maravillosos paisajes y de rica cultura peruana, visítalo; con esta pintura valoro a la mujer andina y su silencioso aporte al desarrollo del país.” Menciona Wilmar.

“Inspiración Vallejo” es un homenaje al gran poeta peruano César Vallejo y al centro de estudios de Wilmar, que lo forjó desde la niñez. Vallejo visitó la ciudad de Cerro de Pasco en 1911, quedando maravillado por la geografía, el frío y la nieve, dejando un verso en homenaje a esa tierra ubicada a más de 4300 msnm.

Cruza el tren la estéril puna
que ya la noche amortaja y la lluvia lenta baja
con tristísimo rumor.
Dentro del coche que frío
tan fuerte es el que sentimos; y ateridos nos dormimos
de la estufa al resplandor.
- ¡Qué bonito! un pequeñuelo
que va junto a mí murmura
- Cuál blanquea aquella altura
a la luz crepuscular.
Y a través de los cristales
de la ventana veía la nevada que cubría
los cerros de aquel lugar...

“Inspiración Vallejo” fue publicado en la tapa del libro Abril mes de las Letras y del Arte, y cuya réplica del mismo se encuentra en la Biblioteca del Congreso de la República.

En el libro Cultura Andina 3, presentado por la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, se publicó una de sus más logradas obras: “La tierra te da, la tierra te pide”. En esta obra, el artista plasma la problemática ambiental de Cerro de Pasco, la incesante actividad minera ha conducido a que la ciudad conviva con un enorme tajo abierto. Esta problemática ambiental está representada en esta obra, en la que el autor nos brinda una reflexión ante esta adversidad, la solución: “Plantar para el futuro”.

Las manos recias de un minero van plantando en medio del tajo abierto un quinual que representa el futuro que el poblador cerreño anhela, una alternativa de solución para mitigar el cambio climático y la contaminación del suelo provocado por años y años de actividad minera.

Similar motivo evoca otra de sus obras: “Plantando para el futuro”, donde un trabajador minero cargado de plantones de quinual ve el esmerado esfuerzo de dos pequeños estudiantes que alegremente van sembrando los plantones con ayuda de sus padres.

Plantando para el futuro. Arte de Wilmar Cosme.


En setiembre de 2005, con motivo de las celebraciones al Señor de Exaltación, patrono del Centro Poblado Menor de Paragsha, los mayordomos de aquella celebración, el señor Jaime Silva y la señora Sonia Espinoza solicitan a Wilmar la elaboración de una pintura del santo patrón.

El Tayta Icsha, como cariñosamente llaman al Señor de Exaltación, llegó desde Europa a las tierras cerreñas hace más de 300 años, permaneciendo en Paragsha por más de cien años. Con diferentes actividades como cortamontes, presentaciones artísticas, danzas costumbristas, quema de castillos y fuegos artificiales, comidas típicas y celebraciones religiosas, el pueblo paragshino rinde homenaje y devoción al Santo Minero. Wilmar aceptó el reto de elaborar la pintura del Señor de Exaltación, que finalmente fue exhibida en la fachada de la iglesia del Centro Poblado, una pintura de siete metros de alto por tres de ancho, que muestra el rostro de nuestro señor Jesucristo, con la mirada baja, el cabello cubriendo parte de su rostro, con una corona que le ha generado heridas que sangran por la frente.

Wilmar Cosme realizado la pintura del Señor de Exaltación. Fotografía: Centro de Cultura Popular Labor.


Como buen católico, también realizó el retrato de Daniel Comboni, que se puede apreciar en la Iglesia San Juan Bautista, en el distrito de Yanacancha.

Sus obras son diversas, al igual que los motivos que en ellas se representa, así tenemos a “Garabateando lo andino", “Historia junto al fuego”, que evoca aquellos pobladores cerreños que bajo la luz de las velas o mecheros, contaban cuentos a los hijos que muy temerosos iban luego a descansar. “Cerro de Pasco, ciudad opulenta”, “Cubirostro”, “Ocaso caliente”, entre muchos otros, obras que han sido presentadas y exhibidas en varias exposiciones pictóricas.

Una de sus más recientes obras es la pintura Por la adaptación frente al cambio climático. "Es un trabajo que elaboré con la intención de seguir generando conciencia sobre la necesidad de cuidar y preservar un ambiente saludable, para que también nuestros hijos e hijas tengan oportunidad de disfrutarlo... actuemos por la adaptación frente al cambio climático y su mitigación, por lo menos atrévanse a plantar y cuidar un árbol" manifiesta Wilmar acerca de su obra.

El Centro de Cultura Popular Labor seleccionó esta obra como motivo principal de su calendario ambiental 2012 denominado “Actuemos frente al Cambio Climático”, que fue publicado con apoyo de la Municipalidad Provincial de Pasco y el Gobierno Regional Pasco.

Ferviente defensor del medio ambiente, promotor de actividades en favor de la salud y medio ambiente del poblador cerreño, padre de familia, gran compañero y amigo, pero sobre todo, insigne artista cerreño, cuya obra quedará plasmada y perennizada para las futuras generaciones. Gracias maestro.

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Referencias
Artista Plástico de Pasco

jueves, 15 de marzo de 2012

EL CARNAVAL CERREÑO – ALEGRÍA DEL CERRO DE PASCO

Fotografía: Eliot Ríos.

Cada pueblo de nuestro Perú tiene sus propias costumbres y tradiciones, tiene su forma de celebrar sus festividades, de homenajear a sus santos patronos, de festejar sus aniversarios, y como no, de celebrar los carnavales. El pueblo cerreño no es ajeno a esta celebración, pero nuestro carnaval es único y no tiene parangón en ninguna otra ciudad del Perú.

El carnaval cerreño, es cada vez más conocido no sólo a nivel nacional sino también en el mundo, debido a su comparsa carnavalesca y a sus tradiciones que muy poco han cambiado en muchos años; las generaciones pasan pero el carnaval sigue su curso, afortunadamente.

Según cuenta la historia, el carnaval cerreño se originó a fines del siglo XIX, precisamente en el año 1880, con la fundación del primer club carnavalesco, llamado Calixto (de ahí proviene la palabra “calixtrada” al referirse a la comparsa carnavalesca). El nombre es un homenaje al español don Calixto de la Gascuña, dueño de la hacienda minera Huarmipuquio.

Este club carnavalesco tuvo gran fama allá por los primeros años del siglo XX. Tal fue su reconocimiento que se empezaron a celebrar carnavales en ciudades como Tarma, Jauja, Huancayo, Concepción y Huánuco, denominando a sus comparsas carnavalescas como “calistradas”.

El club Calixto permaneció durante 32 años como el más reconocido de los clubs carnavalescos del Cerro de Pasco. Sin embargo, a razón del fallecimiento de su presidente, el Señor Sebastián Estrella Robles, es que en el año 1912, se cierra con broche de oro la historia de este club, con sus integrantes vestidos lujosamente y con la presentación de un gran violinista y cultor de la música cerreña, don Flaviano Loayza, quien en compañía de una orquesta interpretó el tema Corazón, canción fundadora del club Calixto. El carnaval de 1912 es de los más recordados e imborrables, debido a la nostalgia de ver por última vez al club fundador del carnaval cerreño.

Sin embargo no era el único club reconocido de nuestra ciudad, en 1906 se funda el club carnavalesco Vulcano, el cual nos acompaña hasta la actualidad. Otro club reconocido era el Cayena, además de don Apolo, la Lira Cerreña, Hijos del Tahuantinsuyo, los Diamantes de Yanacancha, entre otros. Entre estos grupos existía una competencia por demostrar quien presentaba la mejor comparsa.

El carnaval cerreño siempre se ha caracterizado por sus mulizas, sus huaynos, sus chimaychas, interpretadas con insignes personalidades, músicos dignos de nuestra tierra. Esta tradición aun hoy perdura, al igual que la presentación de carros alegóricos con sus bellas reinas representantes de la belleza cerreña, seguidos por la comparsa con sus integrantes disfrazados y los chalanes montados a caballo.

La tradición refiere que todo carnaval tenía que realizarse obedeciendo los edictos del rey Momo, estos edictos eran publicados por cada club en donde se exponían las disposiciones de su majestad para su cumplimiento, edictos de Su Majestad Vulcano, S.M. Apolo, S.M. Calixto, etc. Estos edictos reales que se hacían conocer públicamente en sábado de carnaval, eran leídos por un pregonero, en plazas y calles.

Fotografía: Eliot Ríos
El carnaval cerreño es alegría, es jolgorio, es picardía. Niños, jóvenes y adultos disfrutan de estos días con serpentina, harina, chisguetes con agua. Las tradiciones ciertamente han variado en los últimos años pero la esencia es la misma: divertirse, celebrar, regocijarse en esta tierra frígida pero de gente cálida. Los días de carnaval concluyen con la quema del Ño Carnavalón, es el último acto que aún hoy perdura.

Este año se cumplieron 132 años desde aquellos lejanos días en los que un grupo de hombres memorables fundaron no sólo un club carnavalesco, sino toda una tradición que esperemos perdure hasta el último de nuestros días.

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Referencias
- Muliza
- Los carnavales en el Cerro de Pasco. Pueblo Martir.