Al leer este post quiero comenzar por hacerte unas preguntas: ¿Cuánto influyeron tus padres en tu vida estudiantil? ¿Influyeron en algo tus hermanos, amigos o profesores en cuanto a tus estudios superiores o al trabajo que desempeñas actualmente? De pequeños deseamos ser algo “cuando seamos grandes”: doctores, profesores, astrónomos, bomberos o policías. ¿Actualmente ese deseo es el mismo que cuando eras un niño o cambiaste lo que quieres ser en el futuro?
Quiérase o no, los padres, hermanos (en algunos casos otros familiares como abuelos, primos, tíos entre otros), amigos y profesores forjan nuestro futuro. Pero hay situaciones cuando niños, que hacen que nos encaminemos hacia lo que queremos ser y con el transcurso de los años se va puliendo de a poco.
Desde niño mis padres me inculcaron el respeto hacia las personas, hacia la naturaleza, el amor a los animales, y quiero resaltar lo último: el amor a los animales.
Recuerdo cuando en el desaparecido diario Onda o en el diario Expreso, ofrecían un álbum de animales y que cada semana traía las figurillas para recortarlas y pegarlas en el álbum. Además leía las descripciones de cada animal y me imaginaba estar en el hábitat de leones, cebras y ñúes, o en la exuberante selva y ver a jaguares, anacondas o a las temibles pirañas. Mi mente infantil me hacia volar hacia esos lugares y era muy agradable y aún lo hago.
Recuerdo también cuando mi profesora de primaria nos pidió presentar una colección de hojas de plantas y mis padres lo hicieron con tanto esmero y tal detalle que a la profesora le agradó y me puso un 20. Pero no quiero resaltar la nota sino que ahora de vez en cuando vuelvo a ver aquella colección que aún conservo y veo tal variedad de formas y tamaños de aquellas hojas bien conservadas a pesar de tantos años, que no dejo de admirar la dedicación que pusieron mis padres hacia esa colección. Todo ello fue formando desde mi niñez mi pasión por la naturaleza, por el respeto al ambiente, a los animales y plantas que nos acompañan en este mundo.
Así fui creciendo. En secundaria, uno de los cursos que más me agradaban era biología. Además mi gusto también por las matemáticas (más que gusto fue algo de habilidad) hizo que poco a poco me fuera inclinando hacia la ingeniería. La computación (tema extenso y que trataré próximamente) hizo que desviara un poco la atención a mi decisión original de estudiar algo relacionado con la biología, la naturaleza o los animales.
Pero por azares del destino por decirlo de alguna forma, retomé mi decisión original y estudié ingeniería ambiental, una carrera amplísima y que tiene bastante relación con lo que quise desde pequeño: proteger a los animales y plantas, respetarlos, y una manera de hacerlo es preservar el medio ambiente en el que ellos y nosotros vivimos.
Hoy estoy satisfecho con el rumbo que tomé, un camino que lo imaginé desde pequeño. Hay cosas que no cambian, ya no colecciono figuritas para esos álbumes, ahora compro de vez en cuando las revistas de National Geographic y de preferencia las que sean de colección, donde presentan sólo imágenes de esos animales que desde niño me fascinaron. También entro a la página web de la mencionada revista y me descargo los wallpapers. En fin, es una afición desde pequeño y todo ello gracias a la influencia de mis padres para encaminarme a este camino, que fue, es y será de mi agrado.
Sé que al leer este post, también ya tendrás, a estas alturas de la lectura, contestadas las preguntas del comienzo.