La fotografía que encabeza esta entrada, es una de mis preferidas ya que me permite revivir aquellos tiempos, además tiene un toque especial porque es una foto familiar donde están presentes mi madre, abuela, tíos y tías.
La boda se realizó en el mes de mayo del año 1959 o 1960 (la memoria es frágil). En esa época las bodas se realizaban al medio día. Era todo un acontecimiento y la familia de los novios tenían que preparar todo un banquete tanto para el almuerzo como para la cena. El novio –Félix Villanes– le dio el Sí a Juana Arias y con ello sellaron su amor en el altar de la histórica Iglesia de Chaupimarca. Acto seguido todos los familiares e invitados a la boda pasaban a saludar a los recién casados y tomarse las fotos de rigor. Las señoras vestían el típico "pañolón" de colores oscuros, la falda que llegaba a los talones y el tradicional sombrero de paja recubierto de yeso con su cinta de color negro, lo que daba un elegante contraste. Los varones vestían de terno oscuro, camisa blanca y refinada corbata, y para dar mayor elegancia al atuendo, un sombrero color marrón o negro. Las angelitas de los recién casados vestían todo de blanco, una de las angelitas que se aprecian en la foto es mi madre.
Terminada la boda, el señor Colqui –reconocido fotógrafo cerreño– capturó esta foto para el recuerdo, cuando todos los invitados, familiares y recién casados se desplazaban por la calle Grau camino hacia el Jirón Rocovich, a la casa de don Marcelino Suárez, tío del novio, para festejar el casorio que duró toda la tarde y parte de la noche.
La madre del novio –mi abuela Florentina Cuevas– lo acompaña a unos pasos detrás de él, viste una falda y pañolón color negro, a su lado la acompaña doña Cirila Suárez, tía abuela del novio, quien aún goza de buena salud a sus 101 años de vida. Al lado de la novia se encuentran las atractivas jóvenes Francisca y Bernardina Sánchez Suárez, con elegantes ternos y detrás de ellas la hermana del novio –Carmen Villanes– vestida de igual forma.
Hoy, medio siglo después, muchas cosas han cambiado: las bodas ahora se realizan en las noches; los familiares e invitados se dirigen de la iglesia al local recorriendo las calles cerreñas pero sin presencia de los recién casados; pocas son las personas que aún continúan con la tradición de vestir como en aquellos tiempos, estas personas en su mayor parte superan las cinco décadas de vida.
¿Y de las personas de la foto? Pues hoy muchas ya no nos acompañan en esta vida: mi abuela Florentina, mi abuelo Reynaldo (quien no aparece en la foto pero que si estuvo presente en la boda), mi tía Bernardina Sánchez (la elegante dama de terno oscuro) y el novio Félix Villanes –mi tío–, a quien nunca llegué a conocer, porque falleció muchos años antes que yo naciera.
Hoy Francisca Sánchez (mi tía Pancha), la elegante dama con terno y chalina negra de la fotografía, vive en Huancayo; mi tía Carmen vive en Chaclacayo y la novia de ese entonces, en Lima.
Agradecimientos
A mi querida madre, Bertha Villanes, por evocarme aquella boda.
A mi hermano Omar por la restauración de la fotografía.
A mi hermana Karen por ayudarme en la estructura de esta entrada.