jueves, 18 de febrero de 2010

RECUERDOS DE UNA BODA DE ANTAÑO

Los cerreños somos nostálgicos, anhelamos las buenas épocas, recordamos aquellos lugares que un día recorrimos, donde jugamos cuando niños, esos lugares que hoy ya no existen porque fueron derruidos para dar paso a la actividad minera.
También anhelamos aquellos buenos tiempos, las casas con sus bellos balcones, las señoras con sus "pañolones" y ese sombrero de paja revestido con yeso y con su cinta negra. Los "caballeros" –porque en esas épocas si había caballeros– vestidos con un terno oscuro, camisa y corbata, muy elegantes y para mejorar aún el atuendo, un sombrero de ala corta, de preferencia con colores oscuros. Los cerreños anhelamos aquellos buenos tiempos, aquellas costumbres que hoy lamentablemente se han perdido, sólo los recordamos cuando nuestros abuelos (los que aún tienen el privilegio de tenerlos al lado) y nuestros padres nos cuentan aquellas costumbres de antaño, también los recordamos al ver aquellas fotografías en tono sepia o en blanco y negro. Y es que los cerreños somos así: nos gustan las fotos antiguas que nos recuerdan momentos que ya no volverán.

La fotografía que encabeza esta entrada, es una de mis preferidas ya que me permite revivir aquellos tiempos, además tiene un toque especial porque es una foto familiar donde están presentes mi madre, abuela, tíos y tías.

La boda se realizó en el mes de mayo del año 1959 o 1960 (la memoria es frágil). En esa época las bodas se realizaban al medio día. Era todo un acontecimiento y la familia de los novios tenían que preparar todo un banquete tanto para el almuerzo como para la cena. El novio –Félix Villanes– le dio el Sí a Juana Arias y con ello sellaron su amor en el altar de la histórica Iglesia de Chaupimarca. Acto seguido todos los familiares e invitados a la boda pasaban a saludar a los recién casados y tomarse las fotos de rigor. Las señoras vestían el típico "pañolón" de colores oscuros, la falda que llegaba a los talones y el tradicional sombrero de paja recubierto de yeso con su cinta de color negro, lo que daba un elegante contraste. Los varones vestían de terno oscuro, camisa blanca y refinada corbata, y para dar mayor elegancia al atuendo, un sombrero color marrón o negro. Las angelitas de los recién casados vestían todo de blanco, una de las angelitas que se aprecian en la foto es mi madre.

Terminada la boda, el señor Colqui –reconocido fotógrafo cerreño– capturó esta foto para el recuerdo, cuando todos los invitados, familiares y recién casados se desplazaban por la calle Grau camino hacia el Jirón Rocovich, a la casa de don Marcelino Suárez, tío del novio, para festejar el casorio que duró toda la tarde y parte de la noche.

La madre del novio –mi abuela Florentina Cuevas– lo acompaña a unos pasos detrás de él, viste una falda y pañolón color negro, a su lado la acompaña doña Cirila Suárez, tía abuela del novio, quien aún goza de buena salud a sus 101 años de vida. Al lado de la novia se encuentran las atractivas jóvenes Francisca y Bernardina Sánchez Suárez, con elegantes ternos y detrás de ellas la hermana del novio –Carmen Villanes– vestida de igual forma.

Hoy, medio siglo después, muchas cosas han cambiado: las bodas ahora se realizan en las noches; los familiares e invitados se dirigen de la iglesia al local recorriendo las calles cerreñas pero sin presencia de los recién casados; pocas son las personas que aún continúan con la tradición de vestir como en aquellos tiempos, estas personas en su mayor parte superan las cinco décadas de vida.

¿Y de las personas de la foto? Pues hoy muchas ya no nos acompañan en esta vida: mi abuela Florentina, mi abuelo Reynaldo (quien no aparece en la foto pero que si estuvo presente en la boda), mi tía Bernardina Sánchez (la elegante dama de terno oscuro) y el novio Félix Villanes –mi tío–, a quien nunca llegué a conocer, porque falleció muchos años antes que yo naciera.

Hoy Francisca Sánchez (mi tía Pancha), la elegante dama con terno y chalina negra de la fotografía, vive en Huancayo; mi tía Carmen vive en Chaclacayo y la novia de ese entonces, en Lima.

Agradecimientos
A mi querida madre, Bertha Villanes, por evocarme aquella boda.
A mi hermano Omar por la restauración de la fotografía.
A mi hermana Karen por ayudarme en la estructura de esta entrada.


2 comentarios:

  1. Holas Eliot, soy del blog SincerrodepascO, quisiera agradecerte por los comentarios que haces a mi blog, eres casi el unico que los hace...jeje; pero ahora te escribo para pedirte si pudieras permitirme publicar esta fotografía de el matrimonio de tus tios; si aceptas, de pasco, digo, de paso, a ver si me dices en donde se ha tomado la foto...parece que esta tomada saliendo de la iglesia de Chaupimarca, al frente de donde era la comisaria hace unos años...??? no???

    ResponderEliminar
  2. recuerdo escuchando las mulizas de mi tierra Cerro de Pasco a todo volumen, y les hago escuchar a mis amigos de la universidad y les hablo de nuestra literatura que poseemos...

    Saludos desde Huancayo, pronto regresaremos a trabajar por un pasco mejor y rescatar nuestra cultura pasqueña

    ResponderEliminar